La artropatía inflamatoria de rodilla es la destrucción de una articulación (artrosis) como consecuencia de una inflamación mantenida en la articulación.
Esta inflamación ocurre al reconocer el sistema inmune algún componente de la articulación como extraño. La artropatía inflamatoria es típica en diferentes enfermedades inflamatorias sistémicas como son la artritis reumatoide, lupus eritematosos, enfermedad de Crohn, psoriasis, entre otras.
La primera gran diferencia de una artritis inflamatoria respecto a artrosis convencional es que en las artritis inflamatorias, se ve afectada toda la cavidad articular (toda la rodilla) por igual, por lo que es excepcional la existencia en estos pacientes de artrosis unicompartimentales.
En segundo lugar, los pacientes con artritis inflamatorias este suelen presentar un tipo de deformidad (genu valgo) característico (aunque no exclusivo) que es diferente a la observada en la mayoría de pacientes con artrosis degenerativa primaria primaria (genu varo). Además esta deformidad suele ser más severa, aunque es cierto que actualmente, desde la introducción de los modernos tratamientos biológicos contra las diferentes enfermedades inflamatorias, el porcentaje de deformidades severas observado va disminuyendo.
Genu valgo en dos paciente con artritis reumatoide. Observe las diferencias entre la pierna izq normoalineada y la drch.
La tercera diferencia y sin duda la más importante es la afectación existente del sistema inmunitario en las enfermedades inflamatorias. Estos pacientes presentan un mayor riesgo de infección respecto al resto de la población. Este riesgo se ve aumentado por los diferentes tratamientos médicos necesarios para el control de estas la enfermedad sistémica, siendo la mayoría de ellos inmunosupresores.
En último lugar la existencia de una inflamación crónica en la articulación, afecta tanto al propio hueso como a las diferentes estructuras periarticulares como los ligamentos, tendones, etc. Esta afectación a nivel óseo, condiciona una peor masa ósea, dificultado la fijación de las prótesis convencionales. La afectación ligamentosa condiciona una menor resistencia ligamentosa, siendo necesario utilizar en determinadas ocasiones implantes con un mayor grado de constricción (sujeción) para conseguir obtener una correcta estabilidad de la articulación.
Lo primero y más aconsejable es acudir a un reumatólogo para que realize un estudio completo, confirme tu diagnostico y comience con el tratamiento más eficaz para el tipo de enfermedad inflamatoria que presentas. En caso de tener ya un diagnóstico y estar en tratamiento, si presentas múltiples episodios de inflación de tus articulaciones, también es recomendable repetir la visita a tu reumatólogo para que te ajuste el tratamiento farmacológico.
Una vez consultado el reumatólogo ha llegado el momento de pensar en esa rodilla y ver “que se puede hacer por ella”. En fases iniciales de la enfermedad, cuando la destrucción articular es mínima, la realización de infiltraciones con distintos productos antiinflamatorias (corticoides, acido hialurónico) presentan excelentes resultados, mejorando en gran medida el control el dolor y permitiendo realizar una vida normal. No obstante, cuando se ha producido una destrucción más avanzada de la propia articulación, estos tratamientos resultas ineficaces, siendo el único tratamiento efectivo la implantación de una prótesis articular. En pacientes con gonartrosis secundaria a una enfermedad inflamatoria esta formalmente contraindicado la realización de osteotomías o artroplastias unicompartimentales debido a la afectación generalizada de la articulación.
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Si te has decidido a ponerte una prótesis de rodilla lo primero que debes hacer es llevar a tu cirujano toda la información de la medicación que estas tomando para el control de la artritis. Esto es muy importante, dado que muchas de ellas tienen que ser retiradas unas semanas antes de la cirugía para disminuir el riesgo de complicaciones inmediatas tras la cirugía.
En segundo lugar es recomendable elegir un equipo quirúrgico con amplia experiencia en la cirugía protésica compleja, así como en el uso de implantes de revisión protésica, debido a que aunque en la mayoría de los casos es adecuada la implantación de un artroplastia de rodilla convencional, en algunos casos debido a la mala calidad ósea, o al mal estado de los ligamentos de la rodilla es necesario implantar prótesis con vástagos para obtener mejor fijación o prótesis con una mayor constricción que puedan suplir a los ligamentos dañados.
1.- Imagen postquirúrgica tras implantar una Prótesis Total de Rodilla de revisión debido a la mala calidad ósea y estado ligamentoso. Obsérvese la cementación de los vástagos para mejorar la fijación del implante.
2 y 3.- Prótesis Total de Rodilla convencional en paciente con moderada artritis reumatoide. Obsérvese como en estos casos suele ser implantar el componente rotuliano.